Pide obispo no temer a la libertad religiosa
La reforma al Artículo 24 Constitucional "no viola ni destroza la laicidad del Estado, pues éste no se compromete a imponer una religión para todos y se mantiene su sana separación con la Iglesia", aseveró.
México, DF. El obispo de San Cristóbal de la Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, aseguró que "no hay que temer a la libertad religiosa e invitó a "analizar sin atavismos históricos y sin temores los términos de la nueva ley (reforma al Artículo 24 Constitucional), que no viola ni destroza la laicidad del Estado, pues éste no se compromete a imponer una religión para todos y se mantiene su sana separación con la Iglesia".
También Catholic Voices en México defendió la necesidad de contar con una verdadera libertad religiosa en el país, y al respecto indicó que "cuando hablamos de libertad religiosa no hablamos de una religión en particular, sino de un derecho humano. Es una libertad que pertenece a cada persona para ejercerla de manera individual y colectiva en el ámbito privado y público con el único límite de su decisión personal y el respeto a los demás. En un Estado laico, los ciudadanos son libres para profesar la religión que su conciencia les dicte o bien no profesar ninguna". (Jornada)
México, DF. El obispo de San Cristóbal de la Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, aseguró que "no hay que temer a la libertad religiosa e invitó a "analizar sin atavismos históricos y sin temores los términos de la nueva ley (reforma al Artículo 24 Constitucional), que no viola ni destroza la laicidad del Estado, pues éste no se compromete a imponer una religión para todos y se mantiene su sana separación con la Iglesia".
También Catholic Voices en México defendió la necesidad de contar con una verdadera libertad religiosa en el país, y al respecto indicó que "cuando hablamos de libertad religiosa no hablamos de una religión en particular, sino de un derecho humano. Es una libertad que pertenece a cada persona para ejercerla de manera individual y colectiva en el ámbito privado y público con el único límite de su decisión personal y el respeto a los demás. En un Estado laico, los ciudadanos son libres para profesar la religión que su conciencia les dicte o bien no profesar ninguna". (Jornada)