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Preocupa a mexicanos la constante alza de precios en alimentos, bebidas y combustibles

 

La cuesta de enero se extendió a todo el primer trimestre de 2014. Prevalece una sensación de fuerte alza de precios que ocasiona una percepción ampliamente extendida de disminuido poder adquisitivo y una menor disposición a comprar bienes duraderos. El alza de impuestos, los aumentos a la gasolina y la presunta mala gestión económica del gobierno federal son las razones más señaladas para este entorno de mayor carestía, según se expresa en la encuesta telefónica nacional BGC-Excélsiorsobre este tema.

Como es usual, casi todas las personas han observado recientemente aumento de precios en los productos de consumo cotidiano (95%). Lo más preocupante (gráfico 1) es que la amplia mayoría siente que estos incrementos han sido fuertes (mucho/ muchísimo, 65%). En una tendencia de largo plazo se observa que esta percepción de incrementos importantes de precios se ha extendido paulatinamente respecto de lo observado durante el gobierno de Vicente Fox.

En efecto, mientras en los primeros años de la administración foxista apenas alrededor de un tercio creía que los precios subían notablemente, esta percepción fue avanzando en el sexenio calderonista y ahora ha pasado a ser predominante en el actual sexenio; 74% no ve que se estabilicen los precios de los productos básicos.

Entre los consumidores, los aumentos de precios han sido especialmente perceptibles en los alimentos y bebidas (75% los mencionan), seguidos por los incrementos en la gasolina (35%) y el gas (19%). Dentro de esa categoría de alimentos y bebidas se observa un súbito aumento en el porcentaje de personas que consideran que el mayor encarecimiento se ha dado en el rubro de frutas y verduras, debido principalmente a la fuerte alza en el precio del limón (gráfico 2).

La capacidad de compra no mejora (gráfico 3); 70% considera que con lo que gana ahora compra menos que hace un año. Sólo 10% dice que cuenta con mayor capacidad adquisitiva. Además, 75% estima que no ha logrado comprar algo que no había podido adquirir antes, esto es, 12 puntos más que en diciembre de 2012.

Peor aún, el ánimo de comprar bienes de consumo duradero no da indicios de recuperación. Sigue siendo tan bajo como en enero, mes en el que se agravó el pesimismo económico. 65% dice que actualmente es una mala época para adquirir ese tipo de artículos, el registro más alto en lo que va del sexenio (gráfico 4).

La capacidad de ahorro también ha empeorado respecto del inicio del sexenio. 70% considera que no ha podido ahorrar algo de su ingreso en el último año, cifra que está ocho puntos por encima de la observada en marzo de 2013 (gráfico 5).

La opinión pública atribuye el aumento de precios principalmente al alza de impuestos, al mal manejo económico del Gobierno de Enrique Peña Nieto y al impacto del incremento en el precio de la gasolina, en otras palabras, lo achaca a acciones y decisiones gubernamentales (gráfico 6).

El impacto de la Reforma Fiscal en la economía de las personas parece ser significativo para cada vez más contribuyentes (gráfico 7). Por primera vez la percepción de impuestos muy altos para los servicios que se reciben a cambio es la más frecuente (43%). Si se añade 38% que considera que sus contribuciones son algo altas, se tiene que 81% cree que enfrenta una carga fiscal alta, contra sólo 17% que piensa que paga una cantidad justa.(excélsior)


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