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Canadá condenadiscurso del odio

El primer ministro Justin Trudeau y autoridades canadienses condenaron el discurso del odio, durante el segundo funeral público para honrar a víctimas del ataque del domingo pasado contra una mezquita en Quebec.

Trudeau y sus funcionarios pronunciaron frases en árabe y afirmaron que “todos somos hermanos”, frente a los féretros de tres de las seis víctimas, adornados con flores blancas, y acompañados de sus viudas, hijos, familiares, amigos y miles de musulmanes.

Los oradores, tanto políticos, como académicos, diplomáticos y religiosos, honraron la vida de los padres de familia que perecieron en el ataque, perpetrado por un joven blanco, inspirado en discursos xenofóbicos, antiinmigrantes y antimusulmanes.

Trudeau condenó a aquellas personas “que causan daño con sus palabras”, lo que generó aplausos entre los miles de musulmanes presentes en el auditorio, con capacidad para seis mil personas.

La noche del domingo pasado, el canadiense Alexandre Bissonnette, de 27 años, entró a la mezquita Islamic Cultural Centre de Quebec y disparó a los hombres que se encontraban orando, con un saldo de seis muertos y 19 heridos.

La víspera se realizó en Montreal una ceremonia en honor de tres de las víctimas y este viernes se honró a Ibrahima Barry, de 39 años y padre de cuatro niños; su hermano Mamadou Tanou Barry, de 42 y con dos hijos menores de tres años; y Azzedine Soufiane, de 57 y con tres hijos.

Tras mencionar a las víctimas por su nombre, el primer ministro señaló que murieron “en un acto violento sin sentido” y, dirigiéndose a los miles de musulmanes en francés, dijo estar impactado por “su gesto de compasión”.

Los líderes musulmanes aprovecharon para condenar las manifestaciones de odio contra los musulmanes que se han registrado en todo Canadá.

“Trátenos como iguales, no hagan caso de lo que dicen otros, vengan a hablar con nosotros. Combatamos la ignorancia con conocimiento, el odio con amor”, sostuvo uno de los líderes espirituales.

Este viernes, una mezquita de Montreal amaneció con vidrios rotos con huevos. El año pasado, una cabeza de cerdo fue dejada a la entrada de la mezquita que fue atacada el domingo.

“Los musulmanes son generalmente víctimas de terrorismo”, reconoció Trudeau, quien calificó al ataque del domingo como un acto terrorista porque fue dirigido contra una comunidad. “Es nuestra responsabilidad luchar contra la discriminación”, advirtió.

El gobernador de Quebec, Philippe Couillard, repitió las palabras en árabe “Allah Akbar”, que escuchó de los musulmanes cuando los tres féretros eran introducidos al recinto, como una muestra de solidaridad hacia esta comunidad.

En una parte de su discurso, en el que enfatizó: “todos somos quebequenses, todos somos hermanos”, aseveró que la Biblia va al lado del Corán, como una muestra de la diversidad y tolerancia que debe imperar en Quebec y en Canadá.

El alcalde de la ciudad de Quebec, Régis Labeaume, visiblemente conmovido se dirigió a un joven de 15 años, hijo de una de las víctimas, y le dijo: “Mi hija va contigo en la escuela y me pidió que te dijera que siente mucho lo que pasó y que te quiere mucho”.

También habló Saramady Toure, embajador de Guinea, donde nacieron dos de las víctimas y país al que serán repatriados sus cuerpos.

En su oportunidad, el cardenal Gérald Cyprien Lacroix se dirigió a los musulmanes y expresó: “todo Canadá está con ustedes hoy porque su dolor, hermanos, es nuestro”.

Pulso Político On Line/ Notimex / Foto: Internet