Se va Peña Nieto y deja pendientes en La Laguna
Hace seis años, el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a entregar agua en calidad y cantidad a la ciudadanía en la región Lagunera. Como parte de este compromiso se instalaron filtros en las norias para eliminar el arsénico en el agua de consumo humano, lo que fue un paliativo para el problema de hidroarsenicismo y el abatimiento de los mantos acuíferos, aunque no resolvía el fondo de la situación. Con ello se atendió la calidad, pero no el tema de la cantidad, en el cual se llevaron a cabo distintos estudios y proyectos, pero ninguno se concretó.
Integrantes de la Iniciativa Privada, la sociedad civil y los ayuntamientos hicieron distintas propuestas que luego fueron recogidas por los gobernadores de Coahuila y Durango para presentarlas al presidente de la República. Aquí se incluyeron propuestas como un sistema de transporte metropolitano, un parque industrial, un segundo periférico libre, la terminación de la carretera San Pedro-Cuatrociénegas y la construcción de un Centro de Convenciones.
Pero también hubo otras promesas que se hicieron de parte del Gobierno federal para la región y que no se concretaron, como el hospital de alta especialidad del ISSSTE, que fue anunciado por Rubén Moreira en 2013, pues dijo que ya tenía "luz verde" para la construcción y no se logró. El secretario de salud estatal, Roberto Bernal, anunció un hospital psiquiátrico para la región, que se ubicaría en Francisco I. Madero, con recursos federales, pero tampoco prosperó este proyecto.
También la potabilizadora de la presa Francisco Zarco fue una promesa del director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Roberto Ramírez, en 2017, pero en la dependencia federal no se cuenta con proyecto alguno y el último estudio que se hizo data de varios años, concluyó en que la obra era demasiado costosa.
En Gómez Palacio, se anunció por parte del titular nacional del Infonavit una unidad de atención, pero mientras ayer fue inaugurada la de Torreón, en el municipio vecino no fue concluida.
Hoy termina la administración federal de Peña Nieto y hay obras que siguen inconclusas: el segundo periférico presenta fallas en el trazo y los trabajos están detenidos desde hace meses. Se suele confundir con el Libramiento Norte de La Laguna, autopista de cuota inaugurada en 2014, con una inversión de 2 mil 400 millones de pesos y una longitud de 40.7 km. El segundo periférico Gómez Palacio-Torreón es una obra que también estuvo dentro de la cartera de proyectos de Felipe Calderón y los trabajos iniciaron en el sexenio anterior. La obra arrancó en 2012 y fue concluida en el tramo que corresponde a Coahuila, originalmente era de 850 millones de pesos, pero tras un recorte presupuestal, quedó en 550 millones.
La ampliación de la carretera San Pedro-Cuatro Ciénegas, obra que comenzó también en el sexenio de Felipe Calderón, duró más de seis años en construcción. Tiene una extensión de 180 km y una inversión anual de mil 500 millones de pesos para 42 km, conecta la región Laguna con la Centro y Frontera, fue terminada recientemente.
Con relación al sistema de transporte metropolitano (Metrobús), se informó originalmente que costaría 6 mil 200 millones de pesos y sería financiado por el Gobierno federal a través del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2017, con apoyo del Programa de Transporte de Banobras, estaría terminado en diciembre de 2017, pero se reprogramó para febrero de 2018 y luego otra vez.
La creación del Centro de Convenciones es un proyecto que ha sido promovido por la Iniciativa Privada de La Laguna desde 2007, se preveía que la obra estaría lista en diciembre de 2016, luego se dijo que en noviembre de 2017 y a la fecha no ha sido concluida, se construye sobre una superficie de cuatro hectáreas en la parte norte de la ciudad, colindante con La Unión.
El parque industrial ha sido una demanda de los empresarios desde hace varios años, que avanza muy lentamente. Se arrancó en 2015 la construcción del Parque Centenario con una mezcla de recursos públicos y privados, pues el gobierno apoya con la inversión en infraestructura de cabecera, que se refiere a accesos viales, alumbrado público, infraestructura eléctrica, así como de agua y drenaje. Representaría una inversión de 625 millones de pesos, en un total de 303.4 hectáreas, de las que 271 serían vendibles. El Gobierno federal aporta 60 millones para la urbanización interna. El Gobierno estatal invertirá 70 millones en obras de equipamiento en servicios y la inversión privada será en la aportación del terreno que tiene un valor de 300 millones de pesos.
Más información en El Siglo de Torreón