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Enfermedades y soledad, la otra cara de la desaparición forzada








Por: Rosalba Ramírez

Acapulco.- José Alberto Téllez Mora tendría 21 años. Habría pasado por los cambios de un adolescente a un joven adulto, pero eso no lo pudo observar María a quien le arrebataron a su hijo en el 2011.

El 20 de septiembre de ese año, José Alberto salió de la escuela para dirigirse a su casa. Nunca llegó. Un grupo de hombres lo secuestró a los 14 años.

Los secuestradores se comunicaron vía telefónica para pedir el rescate de José, mismo que fue pagado pero el niño no fue devuelto a sus padres y hasta la fecha siguen sin saber de él.

Para María Emma Mora Liberato es una puñalada que diariamente sangra. Es estar muerta en vida. El secuestro de su hijo no sólo dejó tristeza sino enfermedades como la diabetes e hipertensión.

La desaparición forzada de José trajo además, la pérdida de amigos y familiares que se alejaron pensando en que los padres andaban en "cosas malas" y que por ende, les había pasado lo que pasó.

Los padres han pedido el apoyo a los fiscales en turno y a las autoridades municipales y estatales de los que han recibido nulo apoyo.

En su momento, fueron detenidos seis presuntos responsables, mismos que María recuerda, fueron liberados tras declarar que habían sido presionados y torturados para aceptar su culpabilidad.

El pasado mes de septiembre se cumplieron siete años de la desaparición de José. Esta fecha para sus padres significa tortura.

"Pierdes todo familia, amigos porque todos se alejan de ti y lo peor de todo es que ese dolor que traes dentro de ti te enferma; hay días en que no quisieras salir y estar encerrada en tus cuatro paredes.  Ese vacío de llegar a tu casa y no encontrar a mi hijo. Eso no se puede describir, es un dolor muy grande. Es como estar muerta en vida, tener una puñalada en tu corazón que te está sangrando. Es no poder dormir", dice María entre lágrimas.

Con palabras entrecortadas, María logra externar: te amamos tu papá y yo, te extrañamos, estamos bien. No hagas caso si te dicen que estamos muertos, estamos esperándote a que vuelvas.

Con información de Novedades Acapulco