Definen a Fermín Soto como un boxeador muy valiente
Guamúchil, Sinaloa.- Consternación ha causado en la población y en particular en los amantes y aficionados al boxeo la repentina muerte del expeleador guamuchilense Fermín Soto Orozco, a raíz de compilaciones de una deficiencia renal y también de un enfisema pulmonar.
Fueron 10 agónicos días los que permaneció internado en el Issste de Culiacán el exgladiador alvaradense, y desafortunadamente perdió la batalla el mediodía del lunes pasado. Debido a la actual contingencia sanitaria, su despedida no fue como la que se merecía ni como la que familiares y amigos la hubieran deseado. Fue sepultado el mismo lunes pasado, pero por la noche en el panteón municipal viejo de esta ciudad y en la cual sostuvieron memorables combates a partir del 1965, cuando hizo su debut aquí venciendo al gusavense el Diablo Rodríguez.
La trayectoria del gran Zarco de Guamúchil fue larga y exitosa, lo que le valió ser uno de los primeros ídolos en la historia del deporte en Salvador Alvarado y de la Región del Évora.
Renato Zambada, uno de sus confidentes y viejos amigos guamuchilenses, dijo ayer sentirse consternado al igual que toda la población por el fallecimiento. El también exboxeador local consideró que Fermín Soto fue un valiente fuera de serie arriba del ring, y que si no pudo llegar a ser campeón fue porque en la época había grandes figuras en el boxeo nacional e internacional, como Roberto “el Mano de Piedra” Durán, el Cachorro Medina, Ultiminio Ramos, César Sinda, Baby Vázquez, Leoncio Ortiz y el Chango Carmona. Ante este último, Fermín Soto peleó en par de ocasiones, y en opinión de Renato Zambada la segunda se la robaron, y en la primera pudo haber ganado cualquiera.
“Si había un peleador en esa época con ese corazón y valentía, se llamaba Fermín Soto, él se la jugaba bonito contra cualquiera”, comenta con la voz entrecortada, Renato Zambada.
Recuerda que Fermín siendo amateur llegó de Mazatlán, en donde tenía como manager al Loco Becerra, y rápidamente se forma aquí una empresa para hacer box profesional, entre Beto Gerardo, el Tigre Pineda y el Mayo Rivera. La primera función fue en la arena Colosal, por la calle Silvertio Trueba. Renato recuerda que en ese entonces Fermín Soto debutó a seis rounds contra el Diablo Rodríguez (El Burrión) y él lo hizo a 10 en la estelar ante Manuel Avendaño, de Acapulco.
Ambos ganaron sus peleas y como pago recibieron 80 y 250 pesos de manera respectiva. El Zarco emprendía así su brillante carrera profesional, y en la cual se recuerda también el duelo aquí ante Eloy Sánchez, que venía de vencer al campeón del mundo José Becerra.
Fermín gana también esa pelea y salta del anonimato. Después recibe la oportunidad de enfrentar y arrollar en Culiacán al Baby Vázquez, que había masacrado antes a Beto Gerardo.
Cree Renato Zambada que el mánager Lupe Sánchez pensaba que la carrera de Fermín no duraría mucho por su estilo e intensa actividad, y le metían peleas durísimas frente a peleadores de la talla de Manos de Piedra Durán, Canelo Urbina, el Gato González, entre otros. Entre otros peleadores de la época con quienes compartió establo Fermín, se recuerda a Nacho Piñón, que fue quien le quitó lo invicto en 1966 y le hizo la fuerte cortada que tenía el Zarco en el pómulo.
Renato Zambada dice que hubo grandes épocas del box alvaradense, siendo Fermín Soto la principal figura en los 60 y 70, donde también brillaron el Zombie Moreno y el Ranchero Ríos. Descanse en paz Fermín Soto.
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