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Nepotismo y corrupción, un lastre que deja el 2022 en el partido hegemónico

En mi Opinión

Por Sergio Montes Carrillo 

Morena, inició como un proyecto donde se destacaba la honestidad y la ética en toda nuestras conductas, nuestro comportamiento debería ser ejemplar ni una infracción de tránsito deberíamos provocar, pero eso se terminó en el momento que se logró el poder público.

Debemos separar lo que hace AMLO y los resultados de su partido, que ha dejado solo al presidente.

¿Es tan complicado ser honesto desde el poder? 

¿Es ilusorio creer que el ejercicio de poder no debe corromper a quién lo ejerce?.

Hace algunos meses el presidente AMLO declaró la finalización de la corrupción, nada tan alejado de realidad, sin duda que AMLO no tiene fijación por la riqueza indebida pero no podemos decir lo mismo de toda la estructura de gobierno, la autocrítica de lo que se está haciendo mal, de ninguna manera es traición, ningún Moviento Social puede alejarse de la autocrítica porque corres el riesgo de extraviarse como podría sucederle al proyecto de transformación. 

La corrupción y el nepotismo son genes que mutaron desde el momento que a morena llegaron sin control los depredadores de izquierda, esos que huyeron como roedores cuando el barco se hundía.

Abandonaron el barco del viejo régimen aún y cuando sus tres partidos los hicieron senadores, diputados, alcaldes, síndicos, regidores, candidatos a gobernadores, se sirvieron hasta el  hartazgo y aún así no dudaron en traicionar sin recato. 

Todo proceso de cambio inicia su declive cuando no está estructurado internamente, cómo construyes una patria nueva cuando tus acompañantes en el viaje son los mismos que provocaron la situación de pobreza, corrupción y saqueo al erario. 

Los depredadores encontraron tierra fértil en el partido hegemónico porque faltó realizar lo esencial en toda transformación, democratizar las decisiones internas e involucrar a las bases en todas las decisiones. 

El partido hegemónico no cristalizó su principal objetivo “la construcción de una patria nueva” desde la base social, ahora toca realizarlo desde el poder. Esa apuesta es lo que la oposición no ha entendido, por eso su extravío.

En el proceso que está en marcha, el partido hegemónico extravió el discurso de la honestidad y la democracia interna, el cochinero de su proceso interno de agosto pasado demostró que dejó de ser un instrumento de cambio, para ser un trampolín para los depredadores de izquierda y derecha. 

El partido hegemónico ha construido una nueva narrativa desde el poder, la evangelización de los grupos internos, desde las frases elaboradas, los clichés prefabricados, que dicen todo y no dicen nada, algo así como una religión sin sacrificios, sin principios. 

Hoy el partido hegemónico contiene en sus venas el nepotismo y la corrupción en Guerrero, el congreso del estado con los recientes escándalos de nepotismo por parte de la presidenta de la Jucopo, y el sospechoso silencio de la fracción morenista, ese silencio que queda ante la sociedad como cómplice, ese silencio que pinta puntualmente el extravío en lo que nos hemos convertido. 

En el Congreso local la colocación de familiares y amigos ya alcanza los niveles casi del poder judicial, el más corrupto de los poderes, donde por usos y costumbres el nepotismo desde hace mucho se institucionalizó. 

El comité estatal del partido hegemónico se formó desde el acarreo y el dispendio de recursos poco transparentes, sin autoridad moral ni ética, convertido en un club de amigos, en tribus fundamentalistas que solo les interesa el chambismo, la separación de gobierno y partido es inexistente, nos convertimos en todo lo que juramos combatir. 

Un presidente del partido en lo local que da pena ajena, es evidente su falta de oficio político y su discurso sin contenido, lo dispara sin ton ni son, en sus reuniones regionales de su grupos o tribu los evangeliza desde la mentira.

En su homilia realiza actos de fé, informa que sus entradas y salidas al Congreso local son para mantener a raya a la oposición priista-perredista, su lenguaje ya contiene la falsedad del discurso de los simuladores. 

De los otros secretarios del CEE ni ocuparnos son muy irrelevantes mencionarlos sólo serviría para detallar sus corruptos sueldos en la administración pública. 

El gobierno del estado es la frivolidad permanente, la ocurrencia graciosa, el nepotismo de los esposos o parejas, las palabras elaboradas desde la simpleza de su contenido, la mediocridad  de los depredadores de izquierda que se disputan cada espacio de la administración pública estatal como carroñeros, los altos sueldos, la mentira de la austeridad, es muy evidente que los ayuntamientos en su mayoría representan más de lo mismo, solo administran la jodides de sus municipio solo se les ocurre pan y circo. 

Nepotismo y corrupción son dos de los principales enemigos del partido hegemónico que lo podrían llevar al fracaso.

Urge buscar la reconstrucción de los principios e ideales con los que se construyó el partido, debemos entre todos los iniciadores y verdaderos fundadores trabajar en la construcción de una resistencia interna para evitar el naufragio al que han conducido a Morena los depredadores de siempre, y algunas cuantas familias. 

Comentarios sergiomontescarrillo68@gmail.com