Cuáles son las 5 fases de la imaginación y por qué es importante desarrollarlas todas
Adriana Grimaldo lleva años pensando en la imaginación. E incentivándola.
La experta mexicana promueve la educación imaginativa, una teoría creada en los años 90 por el irlandés Keran Egan, que es especialmente popular en Canadá, pero cada vez gana más espacio en México y Chile.
Se trata de una teoría que busca expandir las posibilidades de la imaginación, con el fin no sólo de alcanzar nuestro potencial creativo, sino de ser más empáticos y entender mejor la vida y el mundo.
En entrevista con BBC Mundo, Grimaldo explica cuáles son las cinco fases de la imaginación y por qué es importante desarrollarlas.
Consejera académica de CIRCE (Centre for Imagination in Research Culture and Education), coautora de "Aprendizaje: una forma de vida. Alcances y prácticas de la educación imaginativa”, y autora de elogiadas novelas juveniles, la especialista participa en el Hay Festival de Querétaro, que se realiza en esa ciudad mexicana del 7 al 10 de septiembre.
Uno podría pensar que la educación imaginativa es algo para los niños, ¿es un mito?
Es un mito. La imaginación tiene cinco fases que se desarrollan a lo largo de la vida. Mientras más años tienes, mayor es el potencial para imaginar.
A mí me gusta mucho trabajar con adultos porque son las personas que ya tienen acumuladas las cinco fases de la imaginación: la somática, la mítica, la romántica, la teórica y la creativa.
El cometido de la educación imaginativa es que las personas conozcan cómo funcionan con cierta profundidad esas cinco fases y puedan educarlas.
Cuando somos bebés estamos en la fase somática, eso quiere decir que imaginamos desde el cuerpo. Aunque el lenguaje oral no está presente, el bebé se comunica fabulosamente usando gestos, los sentidos, las sensaciones, el humor. En todo eso se manifiesta la imaginación.
Cuando el niño empieza a hablar desarrolla la imaginación mítica. Su característica especial es que hay mucha fantasía, mucha libertad mental, muchas historias.
¿Y eso se acaba en la adolescencia?
Cambia porque el adolescente vive en la imaginación romántica, que es la tercera fase.
El adolescente pasa por un duelo cuando descubre que el mundo no es lo que pensaba. La mente de la imaginación romántica brinca mucho entre el duelo del pasado y el augurio de un futuro muy distinto.
Se imaginan cómo será su futuro desde una mente sumamente egocéntrica porque creen que sus experiencias son la realidad.
La cuarta fase es la imaginación teórica-filosófica, que se da en una mente que ha reposado.
Avanza desde la imaginación del cuerpo, trae las fantasías de la infancia, pasa por las experiencias de la adolescencia y está buscando callarse, porque ha entendido que no lo va a poder saber todo.
Empieza a teorizar, a hacerse preguntas.
¿Y dónde busca respuestas?
En los libros, en las conversaciones, fuera de sí mismo.
Es una imaginación más nutrida, una mente que se ha abierto a buscar respuestas porque sus experiencias no son suficientes.
Es interesante la idea de que la mente busca callarse…
La persona más imaginativa es la que ha sabido callar porque ha escuchado lo que imagina el otro y ha sumado a su propio imaginario algo de su imaginario. Es la quinta fase de la imaginación adulta, la fase creativa.
Es una imaginación más elevada porque está llena de referentes externos a la propia mente. Es una fase mucho más serena y, por lo tanto, mucho más creativa.
¿Hay adultos sin imaginación?
No, no, no. No existe ningún adulto sin imaginación. Neurológicamente eso no es posible.
Yo estoy en Ciudad de México, que es una zona sísmica. Si alguien oye una alarma sísmica, sale corriendo y lo hace porque su cuerpo, desde el inconsciente, imaginó peligro. La imaginación es un mecanismo que tenemos hasta para sobrevivir.
Ahora, hay una imaginación más educada, más sofisticada, pero no hay un solo ser humano que no tenga imaginación.
¿Qué pueden hacer los adultos que piensan que no tienen imaginación, que no tienen nuevas ideas?
Si tú sales de tu egocentrismo y te abres a los otros, vas a tener más ideas.
Estamos pasando por una época de mucho egocentrismo, que es un veneno para la imaginación, porque mi referente nada más soy yo y mi propio mundo mental. Y eso es tristísimo.
La imaginación, desde la teoría de Keran Egan, habla mucho de la empatía, de la comunicación con el otro, del desarrollo de las habilidades sociales, para mejorar tu propia imaginación.
Y el que está sentado en una silla, con la imaginación bloqueada, ¿qué puede hacer?
Pararse a caminar.
Si estás bloqueado, mueve tu cuerpo, porque la imaginación somática siempre tiene mucho que ver. El movimiento físico ayuda definitivamente a desarrollar las ideas, la creatividad. Conversa, amplía tus referentes, sal al mundo.
Imagínate que tienes una casa de cinco habitaciones. Llegas del trabajo, cocinas, te sientas en el mismo sillón de siempre y te vas a dormir a una habitación pequeña. No entras al balcón, no entras a la sala, no te das un baño en tu alberca.
Si la casa es tu imaginación, no la estás ocupando. Como adultos nos quedamos en un rinconcito de nuestra casa y ahí nos pasamos la vida.
Pero si tenemos una imaginación educada, vamos a ocupar toda la casa, y seremos más creativos, e incluso más empáticos.
Y para educarla hay muchas herramientas: juegos, metáforas, historias, chistes y todo lo que recrea la vida mental de la infancia y la adolescencia.
¿Hay adultos desconectados de alguna de las cinco fases de la imaginación?
Todas las fases de imaginación se suman.
Una persona adulta que esté desconectada de su fase mítica es una persona desesperanzada; una sin imaginación romántica, no tiene ideales, no tiene ganas de cambiar el mundo, está fastidiada.
Por eso es importante conocer cómo funciona la imaginación y educar la propia.
Conocerla sirve para tener un grado mayor de comprensión de la humanidad.
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