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Leyendecker y su bebé de Año Nuevo: Una mirada a 1925 desde 2025

Cada inicio de año, las páginas de The Saturday Evening Post cobraban vida con la obra inconfundible de J.C. Leyendecker. Este maestro de la ilustración tenía una tradición: retratar al año recién nacido en forma de un bebé robusto, lleno de simbolismo y encanto, que representaba el espíritu del momento. Desde 1906 hasta 1943, estas portadas se convirtieron en un ritual visual que capturaba las aspiraciones, tensiones y avances de su tiempo. La edición del 3 de enero de 1925 no fue la excepción.

Una ventana al 1925

En 1925, Estados Unidos vivía un contraste entre prosperidad y desafíos sociales. La Prohibición de alcohol seguía impulsando los bares clandestinos y el auge de las mafias, mientras que organizaciones como el Ku Klux Klan alcanzaban su apogeo. En Tennessee, una polémica ley prohibió la enseñanza de la teoría de la evolución, mientras que el mundo literario celebraba la publicación de El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, una obra que encapsulaba el brillo y las sombras de los “felices años veinte”.

A pesar de las tensiones sociales, 1925 fue un año de crecimiento industrial y relativa prosperidad económica. La clase trabajadora vio fortalecerse sus derechos y salarios, aunque paradójicamente esto llevó al declive del sindicalismo. Con un desempleo que rara vez superaba el 5%, parecía que el país marchaba hacia un futuro prometedor.

La portada: Arte y contexto

En la portada de Año Nuevo de 1925, Leyendecker plasmó esta dualidad con su estilo característico. El bebé del año aparece cargando una herramienta de trabajo y sobre sus hombros, literalmente, el peso del año entrante. Sus mejillas sonrojadas y su postura fuerte evocan optimismo y esfuerzo, dos pilares que definían la mentalidad de la época.

Leyendecker no solo era un maestro técnico; era también un cronista visual de los tiempos. Sus ilustraciones no se limitaban a decorar portadas, sino que comentaban con sutileza temas como las guerras mundiales, las huelgas laborales, y los avances sociales y científicos. Este talento lo situó junto a otros grandes colaboradores del Post, como Norman Rockwell y escritores de la talla de Edgar Allan Poe o F. Scott Fitzgerald.

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Lo que es seguro es que, como el bebé de Leyendecker, llevaremos este año con determinación, optimismo y un toque de creatividad. ¡Bienvenido 2025!

Con información de HA!



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